Descubriendo Tierra del Fuego
La noche anterior, yo simplemente no dormí. No sé si causado por el nerviosismo de estar en un lugar tan inacreditable, tan fuera de orden, tan inaccesible. Estavámos navegando por las aguas más meridionales del continente americano y una de las cosas que aprendí en estos días fue que navegar es sí, un buen ejercício para la mente.
En mi profundo ser, sentí algo, un sentimiento fuerte que no me dejó dormir…
Pensé de todo, en mi mamá, en mis queridos, en la vida y sus caminos.
Eso sin contar que me sentía como si podría marearme con el movimiento del barco, pero al final no.
Era solo ansiedad con la llegada al Cabo de Hornos, el famoso Cape Horn.
El sol salía despacito, con el movimiento absoluto del mar acompañando el barco, hacia el punto de tierra considerado más austral del mundo. En esta región del planeta, mucho se suele llamar – turisticamente – como lo «más austral del mundo», ilustrando y fantasiando la mente de los que vienen buscar refugio en esta intrigante región del planeta. Pero, si buscamos una imagén satelitar del Cabo de Hornos, realmente lo que encontramos es fabuloso.
El segundo día nace, así, con las montañas que componen el archipiélago donde nos encontramos ahora, nombrado Parque Nacional Cabo de Hornos. En la isla más austral, se encuentra el curioso monumento que forma una imagen que, mirandose hacia su interior «negativo», representa un albatroz con sus alas abiertas. En las fotos que siguen, se puede ver un poco de lo que fue el desembarco en la isla y la rapida e intensa caminata hasta el monumento, con el consequente tramo hasta el faro donde pudimos encontrar con una iglesia, una modesta casa y, curiosamente, una familia que vive ahí con su perro en este lugar tan poetico.
No puedo dejar de recuerdar el fantastico día que tuvimos, tan bueno que permitió al capitán del Via Australis hacer toda la vuelta de la isla, lo que fue simplemente genial! Con un lindo sol que nos iluminaba la vista, pasamos por la parte aún más meridional de la isla, praticamente rumo a la Antartida, para despúes seguir dirección oeste y subir cortando el archipiélago. Acá desembocaríamos en el Canal Murray, uno de los canales fueguinos que separa las islas Hoste de la Isla Navarino, en la región más austral de Chile.
Por fin, en el Oeste de la Isla Navarino, descendemos en la Bahia Wulaia para apreciar un indescritible entardecer, despediendonos del sol de la cima de una montaña. Estas tierras, considerada por los pueblos que aquí vivieron sagradas, cuentan una historia sangrienta de lo que sufrieron estos mismos indígenas que llamaron tanto la atención de los primeiros exploradores. Me gustaria, quien sabe, abordar un poco esta historia acá en el blog, realmente un tema de gran interés y relevancia historica de nuestro imenso continente.
Siguen algunas otra imagenes que ilustran lo que fue este lindo viaje por tierras australes. Por cierto, una linda experiencia que me acompaña dia y noche al vivir en Tierra del Fuego.