Experiencia Cabo de Hornos: 400 años de su descubrimiento
Estamos navegando los mares australes del planeta y nos encontramos totalmente expuestos a los vientos y olas que nos persiguen implacables e intangibles. Nuestro destino: el mítico Cabo de Hornos, “the Cape Horn”.
Estamos en la latitud 55°56’ Sur, considerado el punto más meridional del continente americano. Nos encontramos a 950km de la Península Antártica, solamente divididos por el temido Mar de Drake, escenario de inúmeros naufragios y lugar en donde tantas vidas se perdieron en la mar. El intento de toda esa gente de mar fue siempre cruzar el Cabo de Hornos por el paso interoceánico del Mar de Drake, conexión fundamental en aquellas épocas entre los inmensos océanos Atlántico y Pacífico. Hoy día se sabe muy bien las razones de todo el misticismo acerca de la navegación por estas aguas, pero en aquella época poco se sabía y era un honor conectar los océanos por este paso. Además de ser una ruta económica, que permitía navegar desde Europa hasta Asia, existió por mucho tiempo el deseo de muchos capitanes y marinos de recorrer estas aguas tan temidas y extremas.
En 2016 se cumplen los 400 años del descubrimiento del Cabo de Hornos, ya que data del 23 Enero 1616 el descubrimiento de esta isla por los holandeses Jacob Le Maire y Willem Schouten, en el intento de encontrar un paso viable para las embarcaciones que buscaban lo que hoy conocemos como sudeste asiático. Con eso, descubrieron el límite austral del continente formado por esta isla perdida entre los mares del sur, cuyo misticismo perdura hasta los días de hoy, afirmando, por fin, que la desconocida Tierra Austral Incognita no era nada más que un conjunto complejo de islas y canales. Hoy día se sabe bien que el archipiélago fueguino es uno de los complejos naturales más prístinos del planeta, totalmente aislado por sus características bio-geográficas y conteniendo una diversidad biológica única. Todo eso forma la Reserva de la Biósfera del Cabo de Hornos, declarada como patrimonio natural de la humanidad en 2006.
«21 de diciembre.- Se hace a la vela el Beagle, y al día siguiente, gracias a una hermosa brisa del este, nos acercamos a las Barnevelts pasando por delante de las inmensas rocas que forman el cabo Deceit, y a eso de las tres doblamos el cabo de Hornos, batido por las tempestades. La tarde está admirablemente tranquila y nos deja gozar del grandioso espectáculo que ofrecen las islas inmediatas. Pero parece que el cabo de Hornos exige que le paguemos su tributo, y antes de cerrar la noche nos envía una espantosa tempestad, que nos sopla precisamente de cara. Nos vemos obligados a ganar alta mar, y al aproximarnos de nuevo a tierra al día siguiente, percibimos este famoso promontorio, y ahora con todos los caracteres que le distinguen, esto es, envuelto en brumas y rodeado de un verdadero huracán de viento y agua. Inmensas nubes negras oscurecen el cielo, las sacudidas del viento y granizo nos asaetean con tan ruda violencia, que el capitán se decide a guarecerse, si es posible, en Wigwan Cove. Es éste un excelente puertecillo situado a poca distancia del cabo de Hornos; y allí echamos el ancla precisamente el día de Nochebuena. Alguna ráfaga de viento que baja de las montañas y hace balancear el barco sobre las anclas, nos recuerda de vez en cuando la tempestad que reina fuera de este excelente abrigo.Es por esa y otras razones que navegar por esta región me trae un orgullo intenso, un sentimiento arrastrado por los fuertes vientos que luego se pierde tras las montañas e islas del sur. Igual que el albatros errante que incorpora los caídos en estas aguas, dejo mi alma volar acompañando la fuerza de los vientos y busco el equilibro necesario para seguir con esa experiencia al fin del mundo.»
Charles Darwin, «El viaje del Beagle»
En el video a seguir, cuyo canal de Vimeo contiene muchos más, se puede apreciar un poco de esta experiencia de llevar pasajeros de todo el mundo y desembarcar en esta mítica isla. Las fotos que siguen también son registros de nuestras actividades como Guías de Expedición a bordo de los Cruceros Australis, única compañía chilena capaz de hacer este grandioso echo.
Un fuerte abrazo y los mejores deseos de buenos vientos.
Punta Arenas, 06/02/2016 .:. Cape Horn Experience