Conocí a dos muchachos…

A principios del siglo XXI, conocí a dos muchachos…
De un lado, un joven francés, aventurero y lleno de energía. Venía del viejo continente, lleno de ideas, inspiraciones y deseos… Del otro, un viejo magallánico lleno de historias para contar, apasionado por la vida y por sus matices. Esperava la primavera llegar para escuchar las bandurrias volviendo al sur.

Pasaban la vida a pasear, enamorandose de lindas doncellas y aprendiendo acerca de la cantoría nefasta de las aves que vuelven a sus lugares después del invierno. Quedaban mirando al cielo por horas, buscando una nube extraña o quizás un estrella pasando más rápido que las demás. Se acurrucaban en la orilla de un río para escuchar su movimiento interminable, mirando sus colores y anotando peripecias marinas. Se encantaban por la luz del sol pasando por el hielo, observando como cortaba su color y se volvían transparencias glaciales. Yo todavía me acuerdo cuando como pasábamos horas a charlar sobre Zulupapas e pueblos canoeros. Queríamos siempre más, en un mundo infinito de posibilidades. El Carpe diem del otro me tocó. Sigo escuchando la bandurria volando por Punta Arenas…

Se llamavan Augustin y Vitoko.

Compañeros de aventura: Augustin y Vitoko Lopes // Bahía Ainsworth Marzo 2018 // Foto: Felipe "Pipo" (ViajandoNaViaje.com)
Compañeros de aventura: Augustin y Vitoko Lopes // Bahía Ainsworth Marzo 2018 // Foto: Felipe «Pipo» (ViajandoNaViaje.com)

 

Carpe diem
.:.
Felipe «Pipo»

Deja una respuesta

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s